Escribe: Julio H. Diz
Llega 1966, y Roman lanza con "Cul de sac"
un nuevo reto a la ortodoxia de los géneros al situarse entre Kafka y
el teatro del absurdo, en un marco situacional tomado de la comedia
británica y protagonizado por una joven ninfómana, su marido y unos
gánsters intrusos en su mansión. Por vez primera, sin renunciar a su
habitual situación de tensión psicológica y de suspense, Roman Polanski
ironiza aquí a los personajes, según el humor expresionista arraigado en
la cultura polaca. Gerard Brach y Roman han escrito una comedia negra
sobre tres personajes, condenados a una estrecha proximidad en
condiciones de aislamiento: un estudio sobre la neurosis, con las
convenciones del "thriller" invertidas.
Una
de las diferencias que saltan a la vista es el gran salto dado por
Roman en el dominio de su medio. La llave de todo ya no es la
simplicidad. "Cul de sac" tiene una textura visual
extraordinariamente densa, y el grandioso emplazamiento del escenario y
las peculiaridades humanas de la relación central del film son
explotadas a fondo. En conjunto, se trata de una creación más compleja
que "El cuchillo bajo el agua", con ecos del mundo exterior que
constantemente penetran en el castillo, afectando la mutación de
relaciones que se producen dentro de él. El mecanismo básico que activa
esas relaciones parece ser el mismo: las relaciones de poder en una
micro-comunidad de tres, con la llegada del extraño poniendo en marcha
una teatral exhibición de los recursos un tanto parcos de todos ellos,
hasta que caen en el molde preconcebido de la arquetípica dependencia
amo-esclavo. De todos modos existe un cambio evidente en la motivación
psicológica de los personajes, menos influenciados por los factores
sociales y más sometidos a las peculiaridades y costumbres individuales y
temperamentales.
¡Ah Pinter!, exclamo, husmeando como un sabueso el fuerte aroma de "Cul de sac". Pero recordemos las raras y elípticas conversaciones de "El cuchillo bajo el agua"
y nos preguntamos si Polanski no era ya entonces el Pinter polaco,
pues, como el inglés de Pinter, es tan peculiar que, en cuanto es
traducido, ya suena distinto. Todo lo demas es típico de Polanski, en
este caso, el film se abre sobre el camino que se alarga hasta perderse
de vista, a cada lado del cual hay enormes extensiones de arena, y a lo
lejos divisamos a un coche que avanza lentamente. Luego resulta que el
coche está siendo empujado por un gánster llamado Dicky (Lionel Stander), cuyo colega, Albie (Jack McGowran),
se halla sentado al volante, mortalmente herido. Después se descubre
que el camino es un paso que se inunda con la marea alta, y Albie
quedará atrapado en mitad del oceano, gritando irritado: ¡tengo un
problema! a los espacios vacíos. Entretanto, en una incursión
exploratoria, Dicky descubre un castillo medieval, erguido en gótico
aislamiento sobre extensas dunas y habitado por un hombrecillo calvo y
apocado y su atractiva esposa francesa, (Donald Pleasence y Francoise Dorleac),
a quienes mantiene atemorizados con su pistola mientras "esperan a
Godot". La referencia a Becket es explícita -Katelbach, el jefe de los
gángsters a quien Dicky pide ayuda, no llega jamás a presentarse-, y en
cierto momento de su delírio, Albie declara: "ya no nos quiere", aunque
me parece un tanto fuera de lugar en un film cuya principal preocupación
es el replanteamiento, en distintos términos, del triángulo de "El cuchillo bajo el agua".
La
situación se plantea con un verdadero alarde de economía: la llegada
del coche; el desolado jardín ocupado por las gallinas, el marido
peleando sin ningun éxito con una recalcitrante cometa y entreteniendo a
los vecinos mientras su mujer hace el amor con un joven fingiendo en su
salida que pesca almejas. "¿no has pescado más que cinco almejas?",
comenta después Pleasence con hambrienta indignación. A continuación una
rara secuencia de juegos secretos en la que el marido, interrumpido por
la nocturna incursión de Dicky, termina bajando las escaleras vestido
con un camisón de nylon y los ojos intensamente maquillados para un
humillante cara a cara del que su dignidad ya no logrará recuperarse.
La
áspera relación de este raro trio está espléndidamente construida como
un círculo vicioso constantemente a punto de deshacerse con un desastre:
el coqueteo de la esposa con el gángster; sus abusos, son recibidos por
aquel con hostil indiferencia, lo cual provoca en el marido renovados
esfuerzos de autoafirmación. Mientras ella va a darse un baño en el mar,
Dicky escucha con hosca comprensión y murmura: "son todas unas putas",
mientras el marido se comporta histéricamente, sollozando su amor:
"es... una niña, una niña traviesa", "no lamento nada". Lo cual suena
identico a como sonaría una maldición. Pero esta alianza sólo será
temporal, nacida de la incomodidad y la tensión, y se rompe tan pronto
sale el sol y vuelven a existir esperanzas de que llegue Katelbach.
Los
actores, cuyo papel no es fácil en esta especie de comedia de
costumbres "outre", se desenvuelven con tal maestría que resulta difícil
destacar a cualquiera de los cuatro interpretes. De todos modos, la
interpretación de Donald Pleasence es un sorprendente "tour de
force"; sólo viéndole tirar al aire con fingida despreocupación un par
de huevos, equivale a contemplar una tragicomedia completa en cuatro
actos sobre el hombre a quien su cuerpo ya ha empezado a traicionarle.
En cuanto al maravilloso escenario que Polanski ha encontrado en la Holy
Island de Northumberland, lo único que podemos decir es, ¿porqué los
realizadores británicos no tienen más ocurrencias geniales como ésta?.
A proposito de Cul de Sac...
Tres
años después de haber escrito el guión, Gerard Brach y Roman Polanski
consiguen finalmente ver cerrado el trato, a Roman le ofrecen,
honorarios de director por valor de diez mil libras esterlinas.
Holy
Island, resulta ser el lugar ideal. Aislado de tierra firme por el mar
durante muchas horas y rodeado por vastas extensiones de duras terrazas
de arena durante la marea baja, posee incluso un castillo que se puede
utilizar como estudio principal.
Tomando
como punto de referencia unos bocetos que Roman hace, Maude Spector
(Directora de reparto), elige rapidamente a Donald Pleasence para el
papel de George, el marido cobarde y afeminado.
Para
el papel de Dicky, el gángster fanfarrón, resulta más dificil encontrar
a un actor apropiado. Lo que se necesita realmente es un tipo como
Wallace Beery. A veces piensa Roman que si el film lo financiára una
compañia norteamericana, podrían contratar a Rod Steiger. Los actores
británicos de estas caracteristicas son muy escasos. Pero Roman un día
ve en televisión, al actor norteamericano Lionel Stander, (reconocible
en la argentina, por su papel de mayordomo, de la serie "Los Hart"),
su aspecto y su manera de hablar resultan adecuados y en seguida Roman
se pone en contacto con él. Stander había abandonado los Estados Unidos
por razones políticas y esta intentando abrirse camino en Londres. Viste
con esmero, es un despilfarrador y vive allí -en Londres- esperando que
le ofrescan algún importante papel cinematográfico.
Holly
Island -llamada también Lindisfarne- es un extraño lugar habitado,
segun se dice, por innumerables fantasmas. Esta situada en la región de
Northumberland, Inglaterra, sobre el límite de Escocia y el mar del
norte, costa oriental. Su minúscula comunidad de habitantes endogámicos
-formada por menos de trescientos individuos: pastores de ovejas,
pescadores, cazadores furtivos y salvadores de náufragos- no es
partidaria de que los forasteros se queden allí más de uno o dos días.
La isla tiene una pequeña fábrica de miel y no menos de seis bares que
permanecen abiertos todo el día, las veinticuatro horas.
Donald
Pleasence es el actor de mayor experiencia en el film, tiene el papel
central y sin embargo parece querer desplazar a todos los demás. Acapara
la cámara con una serie de ingeniosos métodos. Pleasence, un hombre con
quien no siempre es fácil tratar o estar, a pesar de su sobresaliente
talento, desprecia al resto de los actores y es sutilmente ruin con
ellos. Lo pone a Roman, ante un hecho consumado, al afeitarse
arbitrariamente la cabeza antes de la filmación. Si bien esto le da un
efecto adicional a su actuación, le molesta que no le haya consultado
antes.
Francoise
Dorleac, (hermana de Catherine Deneuve), es difícil a su manera. Llega a
Holy Island con veinte valijas, y un chihuahua casi sin pelo, que ladra
y muerde constantemente. Lo ha entrado de contrabando en Gran Bretaña
dentro de su cartera. Sufre horrores durante sus periodos menstruales,
lo cual la hace incapaz de trabajar durante varios días. Aburrida y
desdichada, tanto Stander como Pleasence, le caen mal desde el
principio. Francoise es demasiado francesa como para unirse a las rondas
de "pub" que son la única forma de entretenimiento después del trabajo.
Para ella los habitantes de Holy Island son primitivos bárbaros, y se
opone violentamente a la conducta del gallo que ha sido especialmente
importado para la película junto con su harén de gallinas. Se la pasa
espantándolo con una escoba cada vez que las picotea o copula con ellas.
El problema de Lionel Stander es su extremado parecido con el personaje de Dicky. En la vida real, como en "Cul de sac",
es un fanfarrón, un matón y un charlatán empedernido que necesita ser
constantemente el centro de la atención, al principio a Roman y su
equipo, les hace gracia, pero al final, se hartan de oír por enésima vez
las mismas historias, y el sonido de sus roncas risotadas.
Ficha tecnica
Producción: Gene Gutowski
Dirección: Roman Polanski
Producción ejecutiva: Sam Waynberg
Guión: Roman Polanski y Gerard Brach
Traducción al inglés: John Sutro
Interpretes:
Donald Pleasence (George)
Francoise Dorleac (Teresa)
Lionel Stander (Dicky)
Jack McGowran (Albie)
Ian Quarrier (Christopher)
Geoffrey Houston (padre de Christopher)
Renee Houston (madre de Christopher)
Robert Dorning (Philip Fairweather)
Marie Kean (Marion Fairweather)
William Franklyn (Cecil)
Jacqueline Bisset (jacqueline)
Trevor Delaney (Horace)
Ayudante de dirección: Ted Sturgis y Roger Simons
Dirección de fotografía: Gilbert Taylor
Operadores: Geoffrey Seaholme y Roy Ford
Mezclador de sonido: George Stephenson
Continuidad: Dee Vaugham
Foto fija: Laurie Turner
Sonido: David Campling
Reparto: Maude Spector
Maquillaje: Alan Brownie
Peluquería: Joyce James
Vestuario: Bridget Sellers
Supervisor de sonido: Stephen Dalby
Efectos especiales: Bowie Films Ltd.
Dirección de producción: Don Weeks
Control de producción: Terry Glinwood
Dirección artistica: George Lack
Diseño de producción: Voytek
Montaje: Alistaire McIntyre
Supervisor de producción: Robert Sterne
Música: Christopher Komeda
Julio H. Diz, noviembre 1991
1 comentario:
Hola! muy buena rvisión de la pelicula y lo que sucede a su alrededor. ayer la vi y me quedé asombrado, solo que el final (ultimos 3 minutos) me pareció algo desconcertante. no lo entendí. (quiza en mi pelicula falta algo, ya que la vi descargada de internet)
tras matar a dicky y marcharse teresa, george parece feliz hasta que entre en su estudio, se enfurece y se va corriendo. hasta aqui se puede pensar que se ha arrepentido de que teresa se vaya, pero cuando grita un nombre no es teresa, sino Agnes, cuando creo recordar que no hay ningun personaje en la pelicula llamado agnes.
espero podais ayudarme.
Gracias!!
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